Por San Blas al herrerillo verás
Y el resto del año también... Hoy os presentamos al más apuesto, simpático y alegre de nuestros vecinos, el herrerillo común. Un pájaro encantador y coqueto que podemos encontrar en nuestros bosques de hoja caduca y en nuestros parques y jardines. No es exclusivo de Merindades sino que se trata de un auténtico ciudadano del mundo o al menos ciudadano de Europa pues su hábitat se extiende desde las costas de Portugal hasta Azerbaiyán.
Su peculiar belleza se debe al contraste de colores: amarillo azufre en los bajos mientras que las partes superiores son de color mayormente azul, incluyendo un hermoso capuchón también azul. Mide de 10 a 12 cms y apenas pesa ¡ 14 grs !
Su aspecto recuerda al del carbonero común si bien su tamaño es claramente inferior. Y en cuanto a su canto repite frecuentemente una estrofa de trinos cortos finalizada con una risa ( tic-tic-tic-chuuarr...).
Cría en los agujeros de los árboles, en huecos entre los muros o en las cajas que se encuentra.
Cuando llega el buen tiempo el macho se lanza en vuelo nupcial desde la copa de un árbol utilizando sus azuladas alas como si fueran un paracaídas.
Ya en primavera pone de 8 a 15 huevos que son incubados por la hembra durante unas dos semanas. Y finalmente los polluelos abandonan el nido a los 19 ó 20 días ( ¡ comparen ustedes ! ).
Son silenciosos en verano y vuelven a hacerse vivaces en septiembre, cuando la vuelta al cole.
Son mayoritariamente insectívoros aunque también comen semillas.
Finalmente, recordemos las palabras de un querido amigo nuestro: conozcamos nuestra fauna, es el primer paso conseguir su protección.
Arriba, preciosa foto de un herrerillo, de Jorge Jáuregui Campos. En la parte de abajo, otro herrero, en este caso Filadelfo, el herrero de Milagros, según un retrato de Vela Zanetti, el gran pintor de Castilla.
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