miércoles, 26 de junio de 2019

Folclore y etnografía Burgaleses: los grupos de Danzantes dirigidos por un personaje alegórico.

Imagen de los danzantes de Frías cedida por Miguel Zález

Al hilo de las festividades de "El Capitán" que se han celebrado en Frías estos pasados días queremos recordar que en la provincia de Burgos existen aún numerosos ejemplos de grupos de danzantes, Y existieron muchos más en el pasado, generalmente dirigidos un personaje al que podemos definir de forma genérica como botarga, aunque como vimos en un artículo que publicamos en torno al carnaval recibe muchos nombres.

La vestimenta de los danzantes posee en general un predominio del color blanco. Con complementos principalmente de color rojo. Blanco es el color de su camisa, calzones y enaguas, estas con encajes y bordados, medias y alpargatas. Llevarán además bandas cruzadas de colores sobre el pecho, cintas en la espalda, en los brazos y en la cabeza, cinta o pañuelo anudado a un lado.

El botarga representa unos valores diferentes pero complementarios a los danzantes. Si estos llevan traje ceremonial y resaltan su presencia solmene y realizan una coreografía adecuada al rito, aquel es un personaje grotesco con vestimenta ridícula o llamativa, que representa el mundo del caos, de lo prohibido y condenable.

La vestimenta del botarga se diferencia siempre de la del resto de los danzantes. Aunque en Burgos lo más frecuente, especialmente en la zona de la cuenca del Tirón, donde estos grupos son más habituales, es que la diferenciación se limite al colorido en fajas y pañuelos (en estas zonas el nombre más habitual del botarga es cachibirrio o cachiburrio); también existen ejemplos en donde el vestuario de este personaje es especialmente llamativo.

Entre estos casos podemos citar el del “Bobo” de Las Nieves (al que dedicaremos un artículo específico), Salas de Bureba, Poza de la Sal, Burgos, Baños de Valdearados (en donde recibe el nombre de Zarragón), Palazuelos de la Sierra (zarramoque) o Barbadillo de Herreros.

En todo caso, entre los grupos de este tipo que permanecen y aquellos de los que se tiene registro pueden contabilizarse docenas, especialmente, como decimos, en la cuenca del Tirón en donde existen o existían prácticamente en cada pueblo. Por citar algunos ejemplos, aparte de los citados: Santo Domingo de Silos, Quintana del Pidio, Hontoria del Pinar, Boada de Roa, o Fuentelcésped.

Originalmente la fecha más habitual de actuación de los grupos de Danzantes era el Corpus, aunque existe mucha variabilidad temporal que va desde el carnaval (o incluso antes) hasta las diferentes fiestas de cada localidad, o en las romerías. Estamos ante un evento en el que se ha producido un paulatino proceso de sincretismo religioso. Se partiría del personaje puramente carnavalesco hasta acabar integrándolo en las diferentes celebraciones católicas.

En Merindades, aparte de los casos de Frías y Las Machorras, se tiene constancia al menos de la existencia a finales del siglo XIX de un grupo en Tartalés de los Montes que ejecutaba la danza de “El Juboncito” el día de san Juan.

Fuente: Cancionero Popular de Burgos.

¿En verdad sólo existieron carros chillones en el arco cantábrico?

Gustan los administradores de nuestra “página amiga” (o más bien gustaban ya que últimamente son más precavidos) de mostrar mapas mediante los que supuestamente demuestran las diferencias culturales entre el arco cantábrico peninsular o el “ámbito cántabro” y la “monótona” e “insulsa” Castilla. Por lo que hace referencia a la provincia de Burgos estos mapas comprenden siempre y sin variación lo que ellos se empeñan en llamar “Cantabria burgalesa”; ya que su verdadero interés no está en divulgar el patrimonio cultural, sino en construir un discurso etnicista cántabro que comprenda al norte de Burgos.

Analizando un poco en detalle estos mapas se encuentra que en la mayoría de las ocasiones, si no en todas, se basan en argumentos sesgados para llegar a las conclusiones que les interesan. Singularmente, y tal y como ya hemos apuntado, creemos que buen número de las particularidades etnográficas que se encuentran (o que han tardado más en desaparecer) en el noroeste del país se deben a que estas encuentran mejor refugio en zonas montañosas y alejadas de las principales corrientes de influjo cultural.

Distribución histórica del carro chillón según la "página amiga". El lábaro que no falte, por si alguien tenía dudas.

Un representativo ejemplo de lo que estamos hablando es el mapa que muestra la distribución del llamado “carro chillón” que consistía, explicado de forma simplista, en que sus ruedas no eran radiales y que estaban unidas directamente al eje del carro; de modo que este último giraba a la vez que las mismas produciendo un característico chirrido. Pues bien, en el mapa que muestra la “página amiga” aparecen las regiones de lo que venimos en llamar “la galastubria” como ricas en este patrimonio etnográfico y la “insulsa meseta” como un erial monótono en el que sólo se conoció la rueda de radios. 

Sí, sin duda el carro chillón se usó en Merindades. Buena prueba de ello son las ruedas a modo de elementos decorativos que aún se pueden encontrar en muchas partes de la comarca, pero ¿Realmente la España mesetaria no conoció otro carro que no fuera el de ruedas de radios? Según Menéndez Pidal, en su obra “Los caminos en la Historia de España”, la rueda maciza aligerada en cambones fue la más habitual en los carros medievales españoles. 

Escudo de la Casa de Cultura de Carrión de los Condes. Fuente: http://www.instazu.com/media/1563162147046742979

Sello concejil de Carrión de los Condes. Fuente: tierradeuceda.blogspot.com

Una simple visita a la localidad palentina de Carrión de los Condes despeja bastantes dudas; más en concreto visualizando la fachada de la Casa de Cultura, antigua cárcel, en donde aparece el antiguo escudo de la ciudad, fechado en el siglo XVI. Sí, en efecto, son sendas figuras de carros chillones las que aparecen en el escudo. Es más, en dos sellos concejiles del siglo XIII aparece el mismo modelo de carro.

Aún más relevante si cabe, es la lectura de un pasaje de nuestra obra más universal; El Quijote:

“Oyóse asimismo un espantoso ruido, al modo de aquel que se causa de las ruedas macizas que suelen traer los carros de bueyes, de cuyo chirrío áspero y continuado se dice que huyen los lobos y los osos, si los hay por donde pasan”.

Grabado del códice Madrazo-Daza. Fuente: bdh.bne.es

En el llamado “Códice Madrazo-Daza” o “códice de trajes”, fechado también en el siglo XVI, aparecen una serie de escenas costumbristas elaboradas por un anónimo ilustrador alemán. ¿Y saben lo que aparece en una de ellas? Un carro del tipo chillón transportando vino. 

Grabado de William Bradford "Viaje por España y Portugal"

Más recientemente, en la obra de William Bradford “Viaje por España y Portugal”, que acompañaba al Duque de Wellington en sus campañas de la Guerra de la Independencia de Española, aparece otra ilustración de un carro chillón ambientada en la Extremadura Portuguesa, en las cercanías de Lisboa.
En la obra de Pedro Gil Abad “Junta y Hermandad de la Real Cabaña de Ganaderos Burgos-Soria” se indica que los carros del tipo chillón se usaron en la comarca hasta finales del siglo XIX.

En definitiva, y en la línea de lo que hemos venido demostrando desde hace tiempo, la existencia de los carros del tipo chillón en el arco cantábrico de la península obedece fundamentalmente, más que una particularidad de dichas regiones, a una mejor supervivencia de este tipo de aperos dadas las características orográficas y socioculturales.

De hecho, en realidad el carro de radios fue el más usado en Merindades al menos desde principios del siglo XX. Así lo podemos comprobar a poco que nos paseemos por nuestros pueblos; o por ejemplo en la imagen que adjuntamos tomada en el pueblo de Virtus hacia el año 1930 del pasado siglo. 

Instantánea tomada en Virtus hacia 1930. Archivo Diputación Provincial de Burgos.

Y así todo...


miércoles, 19 de junio de 2019

Otras especies arbóreas simbólicas en la provincia de Burgos: Los olmos y las encinas.

En la imagen, la encina de la Dehesa de Valdivielso, último vestigio del lugar en donde tenían lugar las Juntas de la Merindad de Valdivielso; y que se encuentra en un estado de conservación bastante preocupante.

Otra especie que aparecía con cierta asiduidad en lugares escogidos de los núcleos rurales era la olma, antes que la grafiosis acabara con todas ellas. Aún son recordadas las olmas de Valdezate, Arauzo de Torre y Riocavado de la Sierra; y en el norte burgalés las de Turzo y Pesquera de Ebro (esta aún con el es
queleto aún en pie). En el pueblo de Quintana del Pidio existe la ermita de Nuestra Señora de los Olmos. Todo ello sin olvidar los nombres pueblos como Olmillos de Sasamón, Olmedillo de Roa u Olmos de la Picaza.

En Nofuentes aún no se olvidan de su entrañable olma, que crecía junto a la bolera, la cual aún recibe dicho nombre. Existen topónimos relacionados con el olmo en los municipios de Medina de Pomar, Villarcayo, Trespaderne o Montija. Incluso en el cercano Valderredible cántabro aún recuerdan a la Olma de Polientes (que hoy sigue dando nombre a un bar) y existe el pueblo de Quintanas Olmo. La fuente del Olmo brota cerca del Santuario de Montes Claros y el alto del Olmillo se encuentra muy cerca de nuestra querida iglesia rupestre de Presillas de Bricia.

Por otro lado, y aunque no es habitual encontrarla en los lugares escogidos de los cascos urbanos, no podemos olvidar la importancia simbólica que ha tenido la encina en las Merindades. Recordemos que tanto la Juntas de la Merindad de Valdivielso como las de Sotoscueva se realizaban en torno a sendas encinas, y no se consideraban refrendados los acuerdos si no tenían lugar bajos aquellos árboles. Por último mencionar la ermita de Nuestra Señora de Encinillas en Cillaperlata.

El moral, el árbol más frecuente en el simbolismo burgalés

Moral al lado de la iglesia de Manzanedo

No creemos que se pueda decir que exista una especie característica de las reminiscencias del culto al árbol en la provincia de Burgos, ni muchos menos que el mismo sea exclusivo de nuestro territorio. Este tipo de rastros son característicos de todas las culturas, y el modo que han llegado hasta nosotros dependen de muchos factores.

En todo caso, si tuviéramos que escoger un árbol característico de la ancestral dendrolatría burgalesa, habría uno que superaría claramente a la del “famoso” tejo, y esa sería el moral. Encontramos morales centenarios en lugares simbólicos de numerosos pueblos (casi siempre en el entorno de los templos, demostrando su vinculación con lo sagrado), en la mayoría de las áreas provinciales, sin ánimo de ser exhaustivos citaremos los siguientes:
- En la Ribera, el moral de Villovela de Esgueva, el de La Sequera de Haza y el de Arauzo de Salce.
- En la Sierra, los morales de Tañabueyes.
- En la comarca del Arlanza, el moral de Villoviado y el de Torrepadre.
- En la Bureba, los morales de Cernégula, Quintanarruz, Tamayo o Llano de Bureba.

Y, por supuesto, también en el norte. Destacan los morales de Sedano, Gallejones y Manzanedo. Curiosamente estos pueblos son las cabezas de sus respectivos municipios; los valles de Sedano, Zamanzas y Manzanedo. También es un moral el árbol que se encuentra junto a la ermita de la Virgen de la Hoz, en lo alto de la Mazorra.

Junto a un gran moral, a la vera de la iglesia de Miñón, tenían lugar las reuniones de las Siete Merindades de Castilla. La tradición quiere que fuera una epístola aparecida en un moral la que estimulara a los vecinos de Cuesta Urria a levantarse contra el poder de los Velasco durante la Guerra de las Comunidades. Cuenta otra leyenda que el señor de Cidad, temeroso de sus enemigos, enterró un tesoro al pie de un moral plantado en el patio de su castillo.

Desconocemos la razón por la que el moral o morera es tan frecuente en lugares escogidos de nuestros pueblos. Puede tener que ver con el hecho de que la tradición recoja la creencia de que durante martirio de San Vitores, un santo con cierta devoción en la provincia, de su sangre brotaran sendos morales. De hecho no es ninguna novedad la capacidad para machar que tienen las moras de morera y su color parecido a la sangre. Quizás sea simplemente por el dulzor de sus frutos.

Fuentes:
"A la sombra del árbol" Cesar Javier Palacios (artículo on-line)
"Arboles singulares de la provincia de Burgos." Cesar Javier Palacios.