Valle de Mena desde la zona de Nava de Ordunte |
Este jueves, el anterior al carnaval, también se llamaba “jueves lardero”; nombre derivado de “lardo”, denominación que se ha venido dando al tocino, y que equivale a graso o grasiento.
Dado que en la cuaresma se prohibía comer carne y condimentar las comidas con grasa de animales, era ese jueves Lardero la fiesta en que las comilonas pre-carnavalescas se hacían a base de los productos más grasientos que diesen fuerza para aguantas las “cuarentenas” o “carnestolendas” que ya amenazaban por el horizonte del calendario. Estas denominaciones vienen de muy atrás, y ya las recogía el Arcipreste de Hita en el Libro del buen Amor:
“estando a la mesa con Don Jueves Lardero, troxo a mí dos cartas un ligero trotero”.
La comida del Jueves de Todos la hacían los niños gracias a los donativos recibidos, y para ello aflojaban el sentimiento a base de canciones. La lista de pueblos de Burgos en las que los cantos petitorios de los niños han iluminado las caras de los mayores, a la vez que han aliviado sus bolsillos, sería interminable: Temiño, Buezo, Rubena. Eterna, Quintanalaloranco, La Bureba, la sierra de la Demanda, o todo el valle de Mena (el cual podemos contemplar en la imagen desde la zona de Nava de Ordunte).
¿Tenéis recuerdos del jueves de todos?
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