Lápida de Villaventín. Museo de Burgos. |
Tradicionalmente se ha aludido a la cristianización tardía de determinados territorios, entre ellos el norte de Burgos, como una de las pruebas de que dicha zona fue escasamente romanizada y que sus pobladores conservaron un cierto grado de autonomía que les permitiría reorganizarse en el momento en el que el imperio empezó a debilitarse.
Se podría atestiguar un caso de cristianismo aislado de la época romana en la estela funeraria de Villaventín, del s. IV. En ella, sobre una inscripción típicamente romana (D. M. LUCRETIA COIUGI PIENTISSIME), hay un tosco relieve en el que están representadas tres personas de pie, cada una de las cuales está enmarcada por pilastras, capiteles y arquitos de medio punto. La estela carece de cualquier signo cristiano pero Abásolo, Andrés Ordax y B. Castillo tienden a interpretar la escena como una esquemática representación del episodio bíblico de Susana y los ancianos. Se trataría, pues, de una decoración de carácter cristiano –el tema aparece ya en catacumbas romanas del s. II–, coexistente con una fórmula pagana (Diis Manibus).
En 1973, Guerra Gómez, apunta a otro rastro temprano de cristianismo aludiendo a una lápida funeraria, bastante plana, con forma de cabeza humana, hallada en el Vado, barrio de Medina de Pomar. A juzgar por el pez, la letra alfa y la omega diseñadas en ella, se trataría de una lápida paleocristiana de los s. V-VI. Lamentablemente esta lápida se encuentra perdida actualmente.
Fuente:
“Las Merindades de Burgos. (300 ac-1560)”. Maria del Carmen Arribas Magro (2016)
“Las Merindades de Burgos. (300 ac-1560)”. Maria del Carmen Arribas Magro (2016)
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