Alfonso VIII, en paralelo a la estructuración del reino en Merindades mayores, fundó cinco vías marineras en el litoral de la actual Cantabria: Castro Urdiales, Santander, Laredo, San Vicente de la Barquera y San Martín de la Arena (vinculada a Santillana del Mar). Estas fundaciones, junto con la creación de pueblas en Frías y Medina, y la integración de todas estas unidades dentro de la Merindad Mayor de Castilla (con capital en Burgos) impulsaron el tráfico de mercancías entre los puertos del norte y el resto de Castilla; así como una integración más efectiva de la costa con la meseta. La ciudad de Burgos adquirirá, desde el siglo XII, una prestancia indiscutida desde el Cantábrico hasta más allá del Duero.
Esta situación se prolongará a lo
largo de los siglos posteriores, de modo que será el tráfico marítimo
estimulado desde Burgos el que permita el desarrollo de las principales localidades costeras de la actual Cantabria. La concesión en 1494 del consulado del Mar a la ciudad
de Burgos vendría a culminar el proceso del dominio del comercio por parte de
Burgos.
Irónicamente, será el paulatino
éxito de este modelo comercial costero (principalmente el de la ciudad de
Santander) la principal causa (y no otra) de que algunos siglos más tarde todo
este sector adquiera suficiente entidad como para poder reclamar su separación
de la provincia de Burgos. Pero esta es otra historia que contaremos en su
momento.
Por otro lado, las entidades
religiosas jugaron un destacado papel político–fiscal en la integración de las
villas costeras del norte marítimo en el conjunto articulado del obispado burgalés.
La iglesia-catedral, primero, y los monasterios de San Juan, Las Huelgas y el Hospital
del Rey posteriormente, recibieron de los reyes importantes atribuciones sobre
Laredo, Castro Urdiales o Santander.
Un ejemplo lo tenemos en los
privilegios concedidos por Alfonso VIII a la iglesia catedral en 1182: “Yo,
Alfonso, por la gracia de dios rey de Castilla y de Toledo, doy y concedo a
Dios y a la iglesia burgalesa de Santa María los diezmos de todo el portazgo
del puerto de Santander, de todas las mercancías que lleguen al citado puerto
por tierra y por mar, y diezmo del portazgo de Castro Urdiales,
si por
ventura algunos barcos descargaran en otros puertos del obispado de Burgos, la
misma iglesia y su obispo y cabildo burgaleses reciban el diezmo del portazgo
de todas las mercancías que arribasen a estos puertos, como si del puerto de
Santander se tratara”.
Fuentes:
“Historia de Burgos”. VVAA. Diario 16 de Burgos. (1993)
“Las Merindades de Burgos. 300ac-1560.” Mª del Carmen
Arribas Magro (2016)
“De la Montaña a Cantabria. La construcción de una Comunidad
Autónoma”. Alfonso Moure Romanillo. Manuel Suárez Cortina. (1995)
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