Si bien con extensiones en alguna provincia vecina ( Soria, Encartaciones Vizcaínas, valles cántabros e incluso Asturias ) hay muy pocas tradiciones más antiguas y más típicas de nuestra provincia de Burgos que la celebración de las Marzas. En efecto, de norte a sur, desde Escalada hasta Aranda, pasando por Mecerreyes, Belorado, Salas de los Infantes, Pinilla de los Barruecos, Rabanera del Pinar, Tordueles, Baños de Vadearados, Caleruega, Huerta de Rey, Araúzo de Miel, Lerma o Silos, decenas de pueblos siguen celebrando esta alegre tradición que se remonta a la noche de los tiempos.
Y es que en la Antigüedad para la mayoría de las tribus de Europa el inicio del año tenía lugar el 1 de Marzo y lo mismo ocurría en nuestra Hispania.
Así, Prima Bara significaba primera luna o primer mes, SEPTiembre era la séptima luna o mes, OCTubre la octava luna, NOViembre la novena y DICiembre la décima, dejando a Febrero como último mes, motivo por el cual es el más corto y su duración varía cada cuatro años, es decir, era el mes que se aprovechaba para hacer ajustes y equilibrar el calendario.
Así pues, nuestros ancestros celebraban su nochevieja durante la noche que va del 28 de febrero al 1 de marzo. La fiesta tenía lugar en el centro del pueblo alrededor de una hoguera y de ahí viene la tradición de llevar ropa interior roja la última noche del año ya que el rojo simboliza el fuego y la pasión.
Pero inesperadamente, el emperador Julio César ( el de la Guerra de las Galias ) cambió el calendario viejo y estableció el inicio del año dos lunas antes, es decir, el 1 de enero. Este calendario nuevo se llama calendario juliano, en honor a Julio César. Sin embargo muchas tribus del norte de España, como aquellos irreductibles galos de Asterix, no aceptaron este cambio y siguieron celebrando el origen del año el 1 de marzo. Este es el origen de la fiesta de las Marzas.
Marzas: Cuevas de San Clemente. Foto O.G.A. Tierra Lara. |
Pero, ¿ en qué consiste esta fiesta ?
Los quintos, es decir, los jóvenes en edad de hacer el servicio militar, eran repartidos en dos grupos o cuadrillas liderados por un jefe llamado Caporal y eran acompañados por un recolector o tesorero llamado bolsero. Estas dos cuadrillas recorrían las calles del pueblo y se paraban en cada casa cantando unas coplas llamadas " marzas ". En estas coplas se canta, jocosamente, a la naturaleza, a las labores del campo, al transcurrir del año y sobre todo al amor y a las mozas.
Cada cantor, llamado marzante o marcero, llevaba un bastón para golpear la puerta de los vecinos al tiempo que se pedían productos caseros: chorizos, huevos, morcillas, panceta, nueces, vino, pastas, leche....
Y en estos cantos también se pedía dinero. Era el tesorero o bolsero la persona encargada de guardar los regalos y cada vez que un vecino ofrecía algo los marzantes le obsequiaban con un ramo de flores. Después, con todos los manjares se celebraba una cena a la cual eran invitados los muchachos, las muchachas y las mozas aún jóvenes.
Hoy, como consecuencia de los cambios de costumbres y de la despoblación, también participan en los rituales las mujeres y los hombres casados y la cena suele celebrarse el siguiente domingo a fin de tener más tiempo para su preparación.
Pero seríamos unos soberbios y pelín paletos si pensásemos que somos los únicos en celebrar la llegada de la primavera. En Rumanía y en Moldavia, sin ir más lejos, investigaciones arqueológicas han demostrado que llevan más de 8.000 años con la misma tradición: la que consiste en entregar una especie de objeto decorativo los hombres a las mujeres el día 1 de marzo colgado de un lazo blanco y rojo y acompañado de una flor. El blanco representa la nieve del invierno ya pasado y el rojo la alegría de la primavera que llega, el renacer de la vida y el amor. Antiguamente consistía en una moneda que se colgaba con un lazo al cuello y pasadas varias semanas la moneda se cambiaba por un queso fresco.
Hoy en día todos, hombres y mujeres, niños y mayores, se entregan este pequeño objeto ( llamado " martisor " ) a modo de insignia al tiempo que se felicitan la primavera y unas cuantas semanas después, en abril, este amuleto se cuelga con su lazo rojiblanco de la rama de un árbol frutal lo cual garantiza un año de suerte y abundancia en los hogares e incluso en Transilvania este " martisor " o amuleto se cuelga de las puertas, de las ventanas y de los cuernos de los animales domésticos a fin de ahuyentar los malos espíritus.
En resumen, Burgos: Origen, Destino y siempre a tono con Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario