lunes, 8 de octubre de 2018

El Ducado de Cantabria

Hipotética extensión del ducado de Cantabria

El Ducado visigodo de Cantabria es una de las referencias fundamentales para los cantabristas, aunque bien es cierto que durante mucho tiempo la mención al mismo venía vinculada a la figura del Duque Pedro como origen de la estirpe castellana, herencia de la que los actuales cantabristas reniegan. En todo caso, queremos hacer varias puntualizaciones al respecto.

En primer lugar, citaremos el hecho de que de acuerdo a los datos documentales la creación del ducado (o más bien provincia) se remonta a la franja temporal entre 653 y 683. Es decir, en el mejor de los casos tuvo poco más de 50 años de existencia. Por poner un ejemplo de la consistencia de basar teorías en la existencia de estos ducados o provincias, cabe decir que en las fuentes también aparece una mención a una provincia visigoda llamada Autrigonia.

En segundo lugar, es preciso recalcar que estamos hablando de una organización territorial creada y gestionada por los visigodos, con una referencia geográfica heredada de las fuentes latinas, y con total independencia de que los habitantes de la misma tuviesen algún tipo de conciencia de pertenencia común y, caso todavía más improbable, que ésta tuviese que ver con el antiguo pueblo prerromano. Según Martínez Diez, la idea de crear una provincia de Cantabria habría surgido por la gran concentración de fuerzas militares visigodas en ella para hacer frente a la abierta rebeldía de los vascones; estas fuerzas requerían un jefe militar de la máxima categoría como era el “dux provintiae”.

De hecho, es ilustrativo que pocas décadas después, cuando el hasta entonces apartado norte pasa a ser el centro de poder de los antiguos visigodos, la mención a Cantabria desaparezca de forma prácticamente completa. Cuando los habitantes de este territorio escriben por primera vez sobre sí mismos, no es Cantabria el término que usan. En palabras del emérito profesor, recientemente fallecido, Gonzalo Martínez Diez: “Los límites de la provincia visigoda de Cantabria nada tenían de común con la Cantabria prerromana y mucho menos con los de la actual reinventada Cantabria. Esta Cantabria visigoda del siglo VI cuya capital era Amaya (Burgos) se extendía mucho más allá del viejo solar cántabro de la época romana e incluía también a los antiguos autrigones del norte de Burgos, de la Bureba y de montes de Oca del mismo modo que a los berones de la actual Rioja. Por ello la toponimia nos ha conservado el nombre de Cantabria aplicado a la sierra que separa la Rioja alavesa del resto de Álava



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