La "maya" en las Machorras durante la celebración de la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves |
La costumbre de “pingar Mayos”, que se celebra en varios pueblos
serranos burgaleses, consiste en la selección del árbol más alto del
monte, generalmente un pino, su tala y transporte al centro del pueblo y
su erección con el esfuerzo y colaboración de los mozos (hoy en día de
todo el que tiene ganas de echar una mano). Recibe tal denominación porque se realiza con la entrada de dicho mes, generalmente el primer fin de semana.
Esta costumbre tiene evidentes connotaciones fálicas y sociales, además de suponer, al menos en origen, un rito iniciático del paso de la juventud a la madurez. También se relaciona con un antiguo culto primaveral en el que con la presencia de este árbol, otro ejemplo de dendrolatría, se pretendía propiciar la prosperidad de cosechas y ganados, así como la fecundidad de las mujeres.
Lo que no es muy conocido es que esta costumbre también existía en algunos pueblos del norte burgalés (tenemos indicios de su existencia en el Alfoz de Santa Gadea), conservándose sólo en la localidad de Las Machorras. Esta variante, que recibe el nombre de Maya, no tiene lugar en mayo sino con ocasión de las fiestas locales (en el caso de Las Machorras durante su afamada fiesta de Las Nieves) y el árbol es sustituido con otro más acorde con la vegetación local (en el caso de Las Machorras, un haya a la que se retira la corteza). En realidad, la fiesta de las Mayas también se celebra en diversas localidades de Asturias y Cantabria.
Lo cierto es que este rito, con sus diferentes variantes, está relativamente extendido por España y Europa. Dentro de Castilla y León lo encontramos en comarcas de todas las provincias. En la comarca de La Toscana la expresión “appicare il maio ad una porta” significa lograr la conquista de una mujer.
Esta costumbre tiene evidentes connotaciones fálicas y sociales, además de suponer, al menos en origen, un rito iniciático del paso de la juventud a la madurez. También se relaciona con un antiguo culto primaveral en el que con la presencia de este árbol, otro ejemplo de dendrolatría, se pretendía propiciar la prosperidad de cosechas y ganados, así como la fecundidad de las mujeres.
Lo que no es muy conocido es que esta costumbre también existía en algunos pueblos del norte burgalés (tenemos indicios de su existencia en el Alfoz de Santa Gadea), conservándose sólo en la localidad de Las Machorras. Esta variante, que recibe el nombre de Maya, no tiene lugar en mayo sino con ocasión de las fiestas locales (en el caso de Las Machorras durante su afamada fiesta de Las Nieves) y el árbol es sustituido con otro más acorde con la vegetación local (en el caso de Las Machorras, un haya a la que se retira la corteza). En realidad, la fiesta de las Mayas también se celebra en diversas localidades de Asturias y Cantabria.
Lo cierto es que este rito, con sus diferentes variantes, está relativamente extendido por España y Europa. Dentro de Castilla y León lo encontramos en comarcas de todas las provincias. En la comarca de La Toscana la expresión “appicare il maio ad una porta” significa lograr la conquista de una mujer.
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