Nacimiento del Rudrón. Basconcillos del Tozo
En la zona de Páramos y en las Loras se encuentra esta cueva donde desaparece el río Hurón para aparecer de nuevo, tras cerca de cuatro kilómetros de recorrido subterráneo, ya como río Rudrón. La caverna, también llamada Cueva de los Moros, y su entorno están poblados de misteriosas leyendas protagonizadas por enormes y monstruosas serpientes.
La Cueva del Agua se abre en el fondo de un cerrado y uliginoso anfiteatro rocoso. Su gran portalón de entrada, por el que se precipitan las aguas del Hurón, permite acceder a una gran sala subterránea. Por sus dimensiones —10.290 m²— es la segunda en extensión de toda la provincia burgalesa. Otra gran sala ascendente, la Sala de las Dunas, enlaza con la Hoya de los Caracoles, una enorme dolina en la que se abren las dos surgencias por las que vuelve a brotar el río.
El desarrollo total de la cavidad de Basconcillos del Tozo es de 3.310 metros. Las dimensiones de la cueva y el hecho de que en ella desaparezcan las aguas de un río han favorecido la aparición de fantásticas leyendas sobre la misma. Todo ello hace que la cueva de Basconcillos sea un atractivo punto de encuentro para grupos de espeleólogos de toda España.
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