Lobo ibérico (foto de Lobopedia) |
" Las loberas que aquí se mencionan eran construcciones de piedra, generalmente con dos paredes que llegaban a sobrepasar los dos metros de altura, que iban estrechándose como un embudo hasta converger en un punto en el que se encontraba un foso. Éste era lo suficientemente profundo como para que los lobos, obligados por la batida a caer en él, no pudieran escapar.
En el interior de alguna de estas construcciones, y situados estratégicamente, se encontraban pequeños refugios, también de piedra, llamados " esperas ", que servían para apostarse los cazadores, quienes desde allí azuzaban a los lobos con el fin de que se dirigieran al foso sin dar marcha atrás.
Una vez caídos en él, bien podían ser capturados vivos para ser exhibidos y juzgados en el pueblo donde más daños hubieran causado, o bien dados muerte allí mismo.
Durante el juicio al lobo, éste sufría las más variadas vejaciones para al final terminar decapitado.
Sobre el origen de estas trampas se ha especulado mucho, incluso se han dicho que pudieran ser prehistóricas. Pero lo cierto es que ni existe documentación que certifique su edad, ni tampoco ha sido excavada ninguna de ellas en Burgos, por los que los hallazgos arqueológicos han sido nulos ".
Del libro, Burgos en el recuerdo, de Elías Rubio Marcos.
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