domingo, 29 de abril de 2018

Tipologías de emplazamientos de castros prerromanos en la provincia de Burgos.



Castro cántabro de Brizuela. 798 metros sobre el nivel del mar (msnm). La foto está hecha desde 900 msnm y a nuestras espaldas el monte Coterejón tiene una altura de 1086 msnm.

Más allá de la clasificación establecida por las fuentes romanas y sus parcas (y a veces contradictorias) explicaciones acerca de los territorios que cada uno ocupaba, lo cierto es los estudios arqueológicos no han conseguido establecer diferenciación  entre las tipologías de castros cántabros, autrigones y turmogos. Tan sólo la existencia de evidencias o indicios de asedio o ataque romano permiten determinar el carácter cántabro de un determinado oppidum.

Castro cántabro de Cidad-Manzanedo. 740 metros sobre el nivel del mar. La foto está hecha desde el castillo de Arreba. (952 msnm)
Ante esta tozuda evidencia, algunos, con la mente puesta en los imponentes castros de Peña Amaya, Monte Bernorio o el cerro de la Maza, han llegado a insinuar que aquello que diferenciaba a los castros cántabros era que se situaban en lugares dominantes de un amplio territorio, cosa que no sucedería en el caso de comunidades vecinas. Lo cierto es que no hemos encontrado excesivo fundamento para esta afirmación. Antes al contrario, lo que parece más lógico afirmar es que los castros, tanto cántabros como pertenecientes a otros pueblos, se ubicaban en cada caso en el emplazamiento que permitiera un mejor control del entorno; en función de la orografía particular de cada área.


Castro cántabro de Landravés (780 msnm) desde el alto del Alguacil (950 msnm).


Varios autores han identificado estas tipologías. Arribas Magro lo ha hecho para las Merindades de Burgos, distinguiendo en primer lugar los emplazamientos en una mesa o relieve tabular perfectamente aislado, de desarrollo horizontal. Son los castros de Cornejo, Manzanedo-Argés o Cidad de Ebro. Un segundo tipo es aquel que ocupa superficies basculadas pero sobre amplios escarpes calizos, a veces muy inclinados como son los de San Pantaleón, Brizuela, Momediano o Quintanalacuesta. Finalmente, otro grupo sería aquel en el que el poblado se asienta en una pequeña vaguada o collado entre dos roquedos. Son los casos de los castros de Frías y de Valdenoceda. Ruiz-Vélez menciona otros castros “en espigón calizo” en la zona: Ahedo de Butrón, Arroyo de San Zadornil y Montejo de Bricia.

Castro de Peñalara. (1297 msnm). 

Por su parte, se pueden identificar castros en altura “al estilo cántabro” en todo el resto de áreas de la provincia de Burgos. Podemos citar a modo de ejemplo los de la Mesa en Belorado, en el área autrigona, los de La Polera o Páramo Ciudad en el área turmoga, o los de Peñalara o Pico Navas en el área pelendona (estos dos últimos situados en el entorno de los 1300 metros de altitud). 

Castro de Pico Navas. 1340 msnm.

En definitiva, no creemos que haya ninguna evidencia de que el tipo de emplazamiento ofrezca por sí mismo información sobre el pueblo prerromano que lo ocupaba, al menos en lo referente a la provincia de Burgos.


Referencias:
“Las Merindades de Burgos. (300 ac-1560)”. Maria del Carmen Arribas Magro (2016)
“La edad del hierro en la provincia de Burgos” José David Sacristán de Lama. (2007) 

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